Kenai tiene 12 años. Es un chico al que le gusta hacer deporte y jugar a videojuegos de acción. Muchas tardes se las pasa jugando a videojuegos bastantes horas. Y más de una vez, se le pasa rápido el tiempo y se olvida que ha quedado con sus amigos para jugar a balonmano, y por lo tanto, tiende a llegar tarde. Entre otros comportamientos que a ellos les resultan difíciles de entender.
Sus amigos se enfadan al percibir que no le ven realmente interesado en quedar con ellos, que no les toma en serio, pero la realidad es que él tiene dificultades para administrar el tiempo debido al TDAH. Le cuesta seguir «el ritmo neurotipico», o simplemente no puede porque no es su forma de funcionar.
Ésto le parece muy frustrante, pero hay veces en las que no puede evitarlo, ya que su mente tiene un funcionamiento divergente.
La mayoría de éstos amigos tienden a no incluirlo en sus planes, pero Alicia y Tomás, que son amigos suyos desde que empezaron primaria y le conocen, saben que tiene TDAH, se han ido informando sobre ello, y por lo tanto, le comprenden bastante bien.
<< Tener TDAH puede implicar dos desafíos. Luchar contra tu propia mente porque no se adapta a lo esperado, y tener que afrontar el estigma social. >>